Por Yeison urrea.Relato de la experiencia de un estudiante en la movilización masiva de universidades públicas a la ciudad de Bogotá la segunda semana del mes de Noviembre. Salí de la Universidad del Valle en el último bus, a las 9:20 p.m., atravesamos la ciudad de sur a norte, cogiendo la simón bolívar, luego la calle 25 pasando por la terminal para salir a la tercera norte, pasamos el puente de sameco y ahí fue nuestra primera parada; esperar a los otros buses porque supuestamente había un problema con una bandera que supuestamente se habían robado. Bueno como no me enteré bien (ya que no llevaba un radio como los que organizaban la marcha) y cuando pregunté casi no me dieron información, la susodicha bandera era un esperpento grandote que hicieron los de historia, que como no cabía dentro del bus me tocó meterla en el maletero lateral que tienen los buses grandes por las ruedas traseras, armaron de un peo una tormenta, porque avisé que ahí iba la bandera. Después hablaremos más de eso.
Seguimos el recorrido y al cabo de una hora + o - otra parada, esta vez porque un bus de esos malos se varó, esperar a que lo arreglaran para poder continuar la marcha; el bus de nosotros siguió derecho sin entrar a zarzal y tuvimos que esperar en la herradura a que llegara el la caravana como 2 horas más. Continuamos y todavía no salíamos del Valle y ya era más de la media noche. De ahí pa`allá no se más porque me quedé dormido, en ese transcurso de mi sueño, pararon la caravana no se donde para hacer una requisa en todos lo buses. Gracias a la gentileza del señor conductor no fue revisado el de nosotros porque él le dijo a los policías que ya lo habían requisado (sino me hubieran despertado de mi letargo), ahí se perdió otro poco de tiempo. Me desperté no se donde a disfrutar del paisaje mañanero de nuestra bella Colombia. La caravana hizo una parada para desayunar no se en que parte pero ya estábamos en Tolima, ahí nos echamos como 2 o 3 horas, a propósito el desayuno era caro (cuando uno no tiene plata en los bolsillos todo es caro), con un amigo de Historia que iba comimos algo para mitigar el hambre, y completamos con unos mangos grandes que se saben dar en esa tierra. Proseguimos el recorrido, claro parando como el una ruta de bus público a cada rato, bien sea por una cosa o por otra. Antes de pasar el Puente Amarillo (todavía en Tolima, creo), se estrellaron dos mulas para completar. Me bajé del bus para destencionar mis tendones y me dirigí al lugar de los hechos, no se como se estrellaron porque no había una explicación medio lógica, parecía más bien un sabotaje que nos impedía llegar a Bogotá. Después de correr el poco de cajas de resmas que quedaron tiradas corrieron las mulas, aprovechamos varios estudiantes para utilizar (o coger) las resmas que quedaron más dañadas para darles un buen uso, (yo me cogí dos buenas que luego vendí en Bogotá). Por fin parecía no haber más impedimentos en el viaje hasta que llegamos al peaje de Sucachá otra hora + o - para esperar la caravana para poder ser escoltada hasta el parque donde íbamos a llegar.
Llegamos por fin al parque a las 7 p.m., de algo sirvieron los tombos de carretera que nos abrieron vía en todos los semáforos en rojo, sino hubiéramos llegado a las 10 p.m. Ahora si a chupar frío. Ya en la marcha, acompañados de algunos de la Nacho, la Pedagógica y la Distrital, llegamos hasta el Ministerio de Educación, casi se arma el alborote como siempre, la lluvia con granizo nos hizo meternos algunos en los buses, se entregó el pliego de peticiones y esperar hasta el viernes a la reunión en el congreso. Ya en el congreso el viceministrico habló diez minutos dio a entender que la idea era privatizar la educación pública universitaria y que los estudiantes hicieran buen uso del Icetex (esta información no es fidedigna, al menos como la he escrito), como siempre quedamos como novia de pueblo arreglados y viendo un chispero, no se logró casi nada. En la tarde del viernes al lado de la plaza de toros se organizó la tarima de despedida, se leyó el borrador del documento que salió de la dicha reunión en el congreso.
A las 9 p.m. empezó nuestro viaje de regreso para el Valle, desde donde estábamos, como siempre el bus donde venía no llego, nos tocó bajarnos en el peaje de Sucachá y esperarlo, después de media hora + o - llegó, y emprendimos ahora sí el viaje al Valle. Llegamos a Cali a las 11 p.m., casi nada a comparación de otros que llegaron a las 8 a.m.
Desafortunadamente no tuvimos la suerte de Odiseo, llegamos sin solucionar prácticamente nada. Sólo espero que se puedan solucionar las cosas y que nuestros hijos y tal vez nietos alcancen a tener una educación pública universitaria.
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