Iniciativa por la vida de la universidad y los universitarios
Fue necesario otro asesinato para unirnos en una voz y un accionar. Como estudiantes de una universidad pública debemos ver con ojos críticos la sociedad y la academia de que hacemos parte. Contribuir con nuestros conocimientos a generar justicia social y pensamiento autónomo. Al estado no le conviene la existencia de un foco crítico, por eso coarta nuestra labor asesinándonos y negándonos espacios y recursos. En una democracia se admiten varias posturas, en una dictadura se atropella la vida de quienes pensamos diferente.
La sociedad vallecaucana tiende a enajenarse, por ese motivo legitima la violencia del estado, como agente del “orden público”. Esta actitud es provocada por los medios masivos que manipulan la información, una larga tradición de crímenes políticos que quedan impunes, y la falta de organización del estudiantado para desmentir esta ofensiva con acciones constructivas. Por ese motivo debemos elaborar un contra discurso público que convoque, despierte a la ciudad, acerca de los aportes de la universidad, para reivindicarnos como una fuente de progreso social. Otra alternativa sería declarar a la universidad “territorio de paz” con todas sus implicaciones políticas, siguiendo el ejemplo de las comunidades de La María y Apartadó, que se resistieron a que su territorio siguiera siendo objetivo militar. Lograron este cometido porque tienen una identidad cultural y política, pero en el caso de Univalle hay que replantearlo, partiendo de que en la universidad es fundamental la controversia.
A partir de esa diversidad, se ha propuesto una campaña en donde cada facultad, desde su área de trabajo, confirme la importancia de la academia. Por eso apoyamos y participamos en la campaña por la vida de la universidad y de los universitarios, pues creemos firmemente que la violencia se combate con cultura y educación.